jueves, 16 de febrero de 2017

SEÑALES DE TRAFICO PARA EDUCAR ADOLESCENTES

Cada vez que me reúno con los padres de los chicos con los que trabajo, se hace más complicado explicarles que se les pasa por la cabeza a sus hijos, en plena adolescencia. Movil, internet.....son sus máximas preocupaciones, cuando realmente, esto solo es la punta del iceberg, por lo que recurro a la Inteligencia Emocional para abordar estos temas.
Empezaremos por ver la educación de los hijos como un viaje, en la que buena parte de ella transcurre en un coche. Siguiendo a Eliot Malomet que ayudó, por primera, vez a percibir la comparación entre las señales de trafico y la educación de los hijos. 

Final del carril habilitado a la circulación. Cambio de carril.
Esta señal proporciona, de una manera positiva, que hay que cambiar de carril o llegar al fin de carril, independientemente por el que se este viajando. Realizar los cambios necesarios para educar a un adolescente y no a un pre adolescente como se estaba haciendo. Tener en cuenta que los padres no son los ingenieros de esas vías, pero si que deben ver aquellas que se extienden ante sus ojos y estar preparados.
Reconocer que el amor, risas, límites y los lazos serán el centro de las educación  que se avecina.

Paso de animales en libertad
La adolescencia es una etapa de gran entusiasmo e idealismo. Los adolescentes empiezan a implicarse en causas sociales. Las lecciones aprendidas, sobre causas sociales por ejemplo, pueden haber hecho mella en ellos y es lo que hay que fomentar.
Pero el entusiasmo juvenil no se limita solo a causas sociales, también puede darse con los programas de la televisión, móviles, redes sociales, modas, amigos, etc. Al igual que los animales en libertad, los adolescentes entusiasmados no prestan mucha atención a los coches que pasan a toda velocidad. Por eso, los padres como conductores experimentados, deben estar alerta y ayudar a encauzar esa energía para mantenerlos a salvo. OJO!! Se debe estar alerta frente a esas situaciones, pero no preocuparse tanto de protegerles de todas las molestias, situaciones desagradables o las dificultades.
Es preferible y necesario ser un "aguafiestas" o "esto no se hace" en un primer momento, ya que luego puede ser algo tarde y más complicado.

Desprendimiento

En algunas zonas hay distintos elementos de protección para evitar que las rocas caigan a la calzada. Esto se puede comparar con el apoyo social disponible en las escuelas, familias, y las comunidades. Pero ningún  apoyo social, al igual que ninguna red, puede garantizar que no caiga ninguna roca o que las rocas no causen daños graves. Hay que aceptarlo como parte de la naturaleza, siendo realistas, no siempre caen rocas y las que caen muchas veces no hacen daño. También, mantener un mayor contacto con el hijo adolescente, teniendo en cuenta el ritmo de vida ajetreado, para poder detectar cuando empieza a flojear una roca.

Pero pasan cosas, y no se estar tan atentos como gustaría, en esos momentos hay que prepararse para dejar lo que se esta haciendo y quitar las rocas de la calzada. Pueden ser momentos de consumo de drogas, trastornos alimentarios, depresión.... Hay que estar preparados para cambiar los hábitos de conducción, interrumpir el viaje que se creía estar haciendo y volver a colocar esa roca con firmeza en el precipicio, su lugar por naturaleza.

Visibilidad reducida
La niebla es mas frecuente que los desprendimientos. 
Los jóvenes aparecen desconcertados, poco seguros de a donde se dirigen. El problema es que se piensa que la niebla tiene rumbo, un significado, cuando en realidad no es mas que niebla. Es un estado de confusión en que no se puede ver lo que nos rodea. Así que en estas ocasiones, lo mejor es avanzar, con precaución y ser prudentes. El mejor momento para moverse con rapidez no es cuando estamos perdidos, al contrario, pegarnos al arcén y esperar o avanzar lentamente. Lo mismo ocurre con los adolescentes, si pensamos que esa niebla tiene la finalidad de adaptar la velocidad a las circunstancias, proporcionar un suelo más estable y seguro, dará lugar a una presión mucho menor y se podrá llevar mucho mejor la espera.

Rotonda
La rotonda significa que los adolescentes se enfrentan a muchas decisiones, y deben tomar esas decisiones mientras otras personas conducen  a su alrededor, algunos de esos conductores saben a donde van y otros no, y a los adolescentes les resulta prácticamente imposible distinguirlos. En cualquier momento, un conductor puede  cortar bruscamente el paso a cualquier joven. ¿Cuándo poner el intermitente para colocarme en el carril izquierdo? ¿Qué hago si me salto la calle que debía tomar?

Los adolescentes se enfrentan a estas preocupaciones y no se les puede dar ningún plano de soluciones. Aprenderán a medida que circulen por muchas rotondas. Lo que se puede hacer es animarles, hablarles de experiencias, reflexionar sobre que han hecho y por qué. Los consejos que empiezan por "Deberías haber..." otorgan técnica pero no estilo.
Los adolescentes necesitan orientación para el futuro, cuando se hable de errores del pasado se debe hacer con confianza y que los ayude a creer que podrán manejar las rotondas que se encuentren en su camino.
Hay que saber si los comentarios que damos a los jóvenes están destinados a ayudarles a superar futuras dificultades o a "asustarlos" para que sean cautelosos y eviten situaciones que pueden provocar preocupación o angustia.

Puente estrecho
La carretera se extiende ante nosotros y a veces se estrechará. Nos preguntaremos si podemos pasar. Poner a prueba nuestra resistencia, recursos, capacidades, tiempo y emociones. Pero lo más importante es no tener miedo.
El amor, las risas, los límites, lazos son una buena barrera de protección y nuestra guía.
Sin embargo, puede que alguno de nuestros adolescentes tengan unas necesidades emocionales o físicas especiales y puede que rayemos los lateras del vehículo al cruzar el puente o directamente que ese puente sea demasiado estrecho para nosotros pero suficientemente amplio para la mayoría de los demás. En estas ocasiones, se debe encontrar una vía alternativa, otro camino. Pero al hacerlo, NO se debe tener miedo.


Hay que disponer el vehículo de nuestros adolescentes con oportunidades: aprecio, pertenencia, competencias, confianza y contribuciones.


Fuente: "Educar adolescentes con inteligencia emocional" J. Elias, Maurice y cols.

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