miércoles, 24 de septiembre de 2014

"LA VASIJA AGRIETADA"

Había una vez... un viejo campesino, el cuál cada día andaba largos kilómetros para recoger agua de la que era la fuente más cercana, y transportarla a sus allegados. El hombre caminaba cada día portando dos vasijas, apoyadas sobre un palo.

Las vasijas, al igual que él, no eran inmunes al paso de los años, y también habían ido envejeciendo con el paso de los años.


Una de las vasijas había resultado más castigada con los continuos viajes del hombre y hacía tiempo ya que se había agrietado, lo cual hacía que perdiera cada vez más agua en los trayectos. Cierto día, "la vasija agrietada" le dijo al hombre:

- No se si te has dado cuenta de que hace ya un tiempo de que tengo grietas y que no sirvo para mucho. Mientras la otra vasija, hace largos kilómetros llevando toda la cantidad de agua que le echas. Yo sin embargo, pierdo cada día más de la mitad del agua por el camino. Creo que lo mejor para tí sería que me abandonaras y me cambiaras por otra vasija que hiciera la labor que tú te mereces.

El hombre se paró, dejó con delicadeza las vasijas en el suelo y le dijo a la vasija agrietada:

- ¿Tú te has podido fijar en lo que ha pasado desde que te empezaste a agrietar hasta la fecha de hoy? ¿Te has fijado en el camino que juntos hacemos cada día?

La vasija se quedó pensativa por un momento y, resignada, contestó:

- No, yo sólo se que no sirvo para nada pues no soy capaz de la única función que se supone que tengo. De verdad pienso que deberías cambiarme por otra.

El hombre la miró fijamente y le dijo a la vasija:

- Escucha atentamente, vieja amiga. Cada día, desde que te empezaste a agrietar por el lado derecho de mi hombro, por todo el camino que juntos recorremos, planté unas semillas, que como podrás comprobar no sólo me alegran el paseo cada día con los colores y olores que desprenden las plantas, sino que ademas han 
dado sus frutos y me permiten a mí y a otros recogerlos y llevar alimentos a nuestras familias.

¿Y gracias a qué? ¿Sabes a qué? Gracias al agua que tú misma has ido derramando por el camino. Debes estar orgullosa de lo que eres y sobre todo espero que aprendas una lección: las cosas que no funcionan como antes, no se deben abandonar y dejar de lado porque ya no sean como esperamos. Las cosas hay que cambiarlas en la medida que se pueda y sobre todo, buscar oportunidades para hacer frente. Y eso, es lo que he hecho contigo. Debes estar orgullosa de quien eres y de que hemos conseguido a pesar de las adversidades.






Hola a tod@s!!!

De que manera tan sencilla podemos ver cómo en muchas ocasiones nos sentimos mal porque las cosas cambien y no sean como antes. Nos sintamos limitados o incapaces de afrontar las situaciones, lo cual derive en bajar nuestra autoestima.

Estas situaciones requieren de un gran esfuerzo personal, para hacer frente a las adversidades, que no son mas que una visión descentrada de nuestras propias capacidades. Tod@as tenemos virtudes, sólo tenemos que ser un poquito creativos y dejarlas fluir. Esto sólo podremos conseguirlo con una autoestima alta y siendo conscientes de la situación que queramos afrontar.

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